El Tabasqueño Porfiado
Es un peligro para la mafia de México y de EU
No lo dejarán pasar de nuevo; le tienen miedo
Qué, ¿no se da cuenta Andrés Manuel que no lo van a dejar pasar (de nuevo) en las elecciones venideras del 2018, porque en verdad representa un peligro para los intereses sucios, sórdidos, de lo que él califica como la Mafia en el Poder? Y principalmente representa un peligro, un gravísimo peligro para los intereses de magnates de los Estados Unidos que tienen grandes inversiones en México? Ellos prefieren un gobierno mexicano al estilo americano, como Fox, como Calderón y, principalmente, como Peña Nieto, proclives a empinarse ante Washington.
Creen en la Casa Blanca, y ni siquiera el presidente Donald J. Trump porque éste individuo no tiene capacidad de pensar, de discernir, sino los miembros de la mafia en el poder mundial, que López Obrador será otro Chávez que desestabilizará el modelo de libre mercado y aplicará el socialismo en las meras narices del tío Sam. Y eso también lo piensan las clases dominantes mexicanas. Lo ha dicho abiertamente el señor Peña. (AMLO haría de México otro Venezuela). Por eso están tan contentos de haberle “ganado” al tabasqueño, por medio de las más burdas trampas y chanchullos, en el otrora bastión priista del Estado de México, en donde el partido del susodicho creció como la espuma y perdiendo salió ganando. Ah, pero la propaganda oficial, la de la derecha en el poder, dice que López Obrador le confiscará sus bienes a la gente, las dejará sin casa, por ejemplo, y eso sí que aterroriza a legiones de incultos, que no saben ni siquiera donde tienen las narices.
Pero con todo, el tabasqueño es porfiado (iluso, diría yo) y los millones de ilusos seguidores que van detrás de él, candados de las trapacerías de los gobiernos del PRI, van esperanzados en que ahora, pese a sus adversarios (en este caso sus enemigos políticos), va a sentarse en La Silla de Los Pinos porque su triunfo será inobjetable. Ilusos,
Tan es así que Andrés Manuel ya arrancó su carrera rumbo a las elecciones del 2018 y propuso al III Congreso Nacional de su partido no aceptar ninguna alianza con el PRD, pues éste demostró que «no son más que mercenarios».
Duro, implacable, soberbio, les dijo a los delegados de Morena que «hay sumas que restan» y les pidió no aceptar la «promiscuidad política». El PRD, dijo, no es izquierda y descartó acuerdos también con Movimiento Ciudadano, el PAN, el PRI y el Panal. Sólo abrió posibilidad de acuerdos electorales con el PT (Partido del Trabajo) y con ciudadanos, pero ningún otro partido. Espero que lo haya pensado bien porque para las elecciones del 4 de junio en el Estado de México ahí andaba exigiendo el apoyo incondicional del PRD. De paso, si este partido se hubiera aliado con Morena, y no hubiera servido de comparsa del PRI, quien estaría celebrando la primera transición en 80 años, en el Estado de México, serían Morena, PT y PRD con Delfina Gómez Álvarez en la gubernatura. Pero ambos partidos pecaron de orgullosos, de egoístas. Y lo único que logró Juan Zepeda, el candidato del PRD, fue ponerse de alfombra para que Del Mazo no metiera los zapatos en los lodazales.
Por lo pronto, Morena empezará ya su proceso de selección interna de los autodenominados «promotores de la soberanía nacional en distritos y municipios”. Además iniciará una nueva ronda nacional de firmas de «Acuerdos por la Unidad y el renacimiento de México» con quienes acepten sumarse a ese partido, y con fecha final de suscripción el 3 de septiembre, en Asamblea Nacional en la Ciudad de México.
El llamado proyecto alternativo de nación 2018-2024, anunció López Obrador, estará listo el 20 de noviembre.
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