A Willi le faltan pantalones
Hay de políticos a políticos, indiscutiblemente, como que también entre ellos hay rutas, ¿no? y en efecto el diputado Willi se cuece aparte, sí, en un perol de ínfima calidad.
Se desconoce si es ocurrencia de él o de sus allegados o consejeros, pero no se había visto antes que un político anduviera regalando pantalones de pésima calidad, ya ni los de Aurrera que cuestan 100 pesos o los de “paca” que le llaman que los dan en 10 pesos.
Algún su amigo empresario se los regaló, o los compró a centavos en toneladas o vaya usted saber. Pero muchas han sido las quejas y sobre todo la decepción que se lleva la gente cuando revisa los pantalones que no son de su talla, la tela es pésima y la costura ni se diga.
Lo ideal es que si Willy Ochoa se quiere ganar el respeto, reconocimiento y cariño de la gente, se debe poner a trabajar en lo que es: diputado local, para que así la gente lo respalde en una posible reelección, como candidato a presidente municipal de Tuxtla o en lo que él desee contender; pero con esas acciones, difícilmente contará con el respaldo de los chiapanecos. Es más, ni con el empuje de su padrino consentido Manlio Fabio Beltrones, va a contar, ya que aquél ya tiene compromisos muchísimos importantes en su estado y con su familia y (verdaderos) amigos, que con un legislador holgazán.
La ciudadanía necesita ver resultados. Que Willi ha ganado soltando carretadas de dinero, pues bueno, si antes gastó 10 ahora va a gastar 100. Porque el hecho de presentar iniciativas no quiere decir que ya fueron respaldadas y publicadas en el Diario Oficial.
Pero con la presencia de Willi Ochoa en la LXVI Legislatura chiapaneca -y uno que otro colado- Chiapas tiene a los legisladores que se merece. Y en el gobierno del estado, igual. En los últimos días Manuel Velasco y su gobierno no dan una: se fue a meter a una plaza en la noche, obligando prácticamente a que fuera inaugurada en ese momento (obvio, es la seguridad que da que sea de mami); su cínico desinterés por los problemas que aquejan a los chiapanecos (aún que sean asuntos de vida o muerte); la publicidad de Chiapasionate en el calzoncillo de un derrotado Julio César Chávez Jr (y que hasta el momento nadie ha explicado nada, como todo lo demás) y recientemente el descaro de tener a cientos de madres en pleno sol para regalarles unos aretitos.
En Huixtla (que poco a poco se vuelve un pueblo fantasma) también se cuecen habas, el hermano del nefando presidente municipal Margarito Palomeque -quien es realmente el poder tras el trono, Reguló es un títere un pelele-, fue echado del partido Chiapas Unido porque es “pollero”; y en Tapachula Neftali del Toro nada más husmea donde haya asuntos del pueblo en donde deje dinero, la Perla del Soconusco cada vez más en ruinas.
Así que el nivel de políticos, legisladores y gobernantes es el nivel de ciudadanos que hay en Chiapas, desgraciadamente es la triste realidad.
Y Willi, Velasco, Régulo, Margarito y Neftali y muchos otros tantos lo demuestran, todos no hacen uno, porque hacen nada.
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