Bendiciones: Barry “atormenta” a Tamaulipas
J. Eleazar Ávila Pérez
Jamlet Política…
Toda esta semana hemos ponderado lo frágil que es la memoria de los ciudadanos, considerando que hasta parece de locura que no tengan claridad. Miren, hace apenas13 meses, la entidad estaba en la ruta de convertirse en un páramo y rumbo a convertirse en zona “desértica”.
Sí señoras y señores los cocodrilos nadaban ya en el lodo.
Por lo mismo, en los últimos días hemos revisado cómo la gente se queja del exceso de agua en los territorios como Madero, Tampico y Altamira, sitios donde sus alcaldes Erasmo González, Mónica Villarreal y Armando Martínez se aplicaron, primero revisando drenes y canales, para posteriormente para estar atentos y subsanar los daños derivados de inundaciones en esta zona lagunaria.
Lo cual es muy complicado, porque el manto freático se satura más rápidamente que en sitios donde el agua fluye, como es el caso de la capital que preside Lalo Gattas.
Pero ciertamente el gobierno del doctor Américo Villarreal, el sistema estatal, los locales de Protección Civil, las Comapas, el DIF, Desarrollo Urbano, hacen su tarea, pero a nosotros como ciudadanos nos toca dejar de ser marranos, no tirar basura que luego atasca las atarjeas, las alcantarillas, porque luego todos sufrimos las consecuencias.
Y ahora que ya recibimos a la Tormenta Barry, hay que ser responsables y comprender que con el agua todo; sin agua, lo que sigue es la muerte. Y en este proceso, a todos nos toca lidiar con la suficiencia de agua, dando gracias a Dios que las lagunas estén llenas, que las presas han mejorado su abasto.
Nadie quiere terminar con un entorno de los mil diablos, porque la vida, queridos amigos, siempre supera la ficción, y ojalá con todo lo que nos pasa, todo se quedara entre la literatura fantástica, sus dolores, sus traumas, porque en fin, a veces la vida parece una broma.
Así nos preparamos desde ayer para recibir a Barry, que si fuera la de “I Started a Joke”, de Barry Gibb, la broma sería, igual que su letra, una evocación macabra al ritmo de “’Til I finally died, which started the whole world living, Oh, if I’d only seen that the joke was on me.”
Por eso seamos serios y cantemos la del otro Barry, pero White… quien nos estremece aún con la “You’re The First, The Last, My Everything”.
“Ahh, the first, my last, my everything, And the answer to all my dreams, You′re my sun, my moon, my guiding star, My kind of wonderful, that’s what you are, I know there′s only, only one like you, There’s no way, they could have made two. You′re all I’m living for, Your love I′ll keep forevermore, You’re the first, you’re the last, my everything.”
“Eres la primera, mi última, mi todo, Y la respuesta a todos mis sueños, Eres mi sol, mi luna, mi estrella guía, Mi tipo de maravilla, eso es lo que eres, Sé que solo hay, solo hay una como tú, No hay manera de que hayan hecho dos, Eres todo por lo que vivo, Tu amor lo guardaré por siempre, Eres la primera, eres la última, mi todo”.
Así, amigos, la lluvia son bendiciones, pero por lo mismo, seamos serios, porque si bien se vale reclamar o enojarse, lo que no debemos es no ser corresponsables.
“Lo que le toca al gobierno, lo que nos toca a nosotros.
La lluvia no es solo un fenómeno atmosférico, sino una coreografía vital que reactiva el pulso del planeta. Cada gota que cae devuelve a la tierra su memoria primitiva: la de los ciclos que permiten el renacimiento”.
“Sin lluvia, los suelos se agrietan y el equilibrio natural se interrumpe; con ella, los campos reverdecen, los ríos se llenan de cauce y las semillas dormidas despiertan. Lejos de ser un mero recurso, la lluvia es la mensajera de la continuidad: sin ella, no habría ni agricultura, ni bosques, ni posibilidad de sustentar vida en vastas regiones del mundo”.
Pero como también hemos afirmado en los últimos días, la ignorancia colectiva, al menos en México, es una herencia al descubierto, que, como el agua, la mezquindad de los gobiernos entreverados en los últimos 100 años.
A cuidarse y Dios con ustedes…
Nostra Política: “El espíritu de Dios flota sobre las aguas y una isla celestial se hará visible primero cual morada de los nuevos hombres, cual cuenca de la vida eterna sobre las olas que refluyen”. Novalis
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