70 años de cárcel como pena máxima al feminicida de la niña Liliana Guadalupe (Antes de ayer).
Palabras JJustas
Lulú Ovilla
28 de octubre 2024.
Todo dio un vuelco de 180 grados al darse a conocer este domingo 27, el supuesto suicidio de Víctor José Carrera Mayor, por supuesto que los internautas fueron más rápidos que la Fiscalía General del Estado, ya que como reguero de pólvora daban a conocer que el Feminicida de la niña Liliana Guadalupe, había sido encontrado sin vida en el Fraccionamiento la Vista, al norte poniente de la capital.
Muchas han sido las especulaciones que se han dicho respecto al supuesto suicidio del psicópata feminicida, los 2 boletines de la Fiscalía aparte de muy cortos, también han sido muy escuetos, ante las interrogantes que todos nos hacemos y que no han querido aclarar, dando por cerrado el caso, al confirmar los familiares que el cuerpo encontrado sin vida en el Fraccionamiento La Vista, si es de Víctor Carrera Mayor.
Se mató o lo mataron, eso es lo de menos en este momento, lo que si se debe de hacer es reconocer que Víctor Carrera Mayor, si fue quién le quito la vida a la menor de tan solo 12 años de edad, Liliana Guadalupe, eso sería la justicia que clama la familia, así como también debería de considerarse la pena máxima en el Código Penal de Chiapas, por las mujeres y niñas muertas antes que la pequeña vendedora de dulces.
Hasta el momento, Chiapas no ha considerado necesario tipificar un feminicidio con la pena máxima de 70 años de prisión para aquel hombre que cometa un asesinato en contra de una mujer, lo sucedido recientemente con la menor Liliana Guadalupe, es un acto que amerita de quienes se dedican a Legislar nuestras leyes, hagan algo al respecto, porque al ser aprehendido y no estar considerado en el Código Penal, no servirá de nada su aprehensión.
Un acto tan reprobable cometido por Víctor José Carrera Mayor, no debe de quedar impune y se debe de poner el dedo en la llaga, ya no hay tiempo para la apatía, ya no hay tiempo para ignorar la muerte de una niña que solo deseaba ayudar a su familia, no hacer o decir nada nos convierte en cómplices, no debemos sentarnos a ver quién es la siguiente niña o mujer que se le arrebata vida.
Según se sabe por todo lo que ha manejado en las redes sociales, que Víctor Carrera, ha asesinado a otras mujeres, todo está en meras suposiciones, sin que aún se le haya comprobado algunos de los delitos, también se ha dicho que aun siendo menor de edad ya se dedicaba al asalto a mano armada, ha estado en prisión por agresión sexual fuera de nuestro país.
Este feminicida es corpulento debido a que practica algunas disciplinas deportivas como: maratones, triatlones y artes marciales, es una persona reservada, pero al mismo tiempo es violento y convivía lo menos posible con sus vecinos, toda la actitud de un psicópata, hasta este momento de estar escribiendo estas líneas, no había sido aprehendido este individuo a quién apodan “el maniático”.
La exigencia de familiares, amigos y conocidos, es de que se aplique todo el peso de la ley a este psicópata, que valiéndose de su fuerza e incluso hasta de engaños, logro que la menor Liliana Guadalupe, tuviera un acercamiento que le permitió a este feminicida arrebatarle la vida de forma violenta, sin que esta por su corta edad, pudiera hacer algo al respecto.
Su cuerpo fue encontrado semienterrado en la parte trasera de una vivienda ubicada en el primer cuadro de nuestra ciudad capital, desde el 19 de este mes estaba desaparecida y fue tres días después cuando fue encontrada sin vida Liliana Guadalupe, una niña que vendía dulces para ayudar en la economía de su hogar, cuando hay carencias como los de la familia de la niña asesinada, no hay tiempo de jugar, no hay tiempo de estudiar, que lamentable.
Que doloroso es que los niños tengan que salir a trabajar, para contribuir en los gastos de su hogar, pero esa es la pobreza a la que se tienen que enfrentar muchas familias chiapanecas y lejos de juzgar a sus padres o a ellos mismos, quienes tienen el poder en sus manos para cambiar la inseguridad por seguridad, deben estar haciendo algo de manera urgente, la muerte de una menor de 12 años no debe de quedar impune.
Chiapas con este acto por demás doloroso, debe de ser un ejemplo para otros estados del país, para imponer la condena máxima de 70 años de cárcel al feminicida de Liliana Guadalupe y sabe querido lector porque se lo digo, porque solo un feminicida ha sido condenado con la pena máxima en todo México, esto significa que todos los demás feminicidios no han sido castigados de la forma correcta.
Irinea Buendia, es una mujer que fue capaz hasta de enfrentar al mismo sistema, para lograr la pena máxima de 70 años de prisión por el asesinato de su hija Mariana Lima Buendia, hoy es reconocida como defensora de Derechos Humanos y es la primer mujer capaz de haber logrado lo inimaginable en México, sobre todo porque el feminicida de su hija era Policía Municipal del estado de México, de nombre: Julio Cesar Hernández Ballinas.
¿Porque se logró esta pena máxima para un feminicida? Por la sencilla razón de que todos los involucrados actuaron con profesionalismo, se realizó una averiguación previa de forma minuciosa, completa, con una investigación muy bien realizada, pero sobre todo el actuar del Ministerio Público, fue crucial, ya que argumentó, fundamentó y motivó correctamente desde el inicio, teniendo el conocimiento de juzgar con perspectiva de género.
Eso es lo que está faltando en todo el país, capacitación a policías quienes tienen el primer contacto en la escena, después al Ministerio Público y Finalmente al Juez, 13 años le llevo a Irinea Buendia lograr la pena máxima por el asesinato de su hija, Chiapas ya no tiene tiempo para lograr ese mismo castigo para Víctor Carrera Mayor, feminicida de la menor Liliana Guadalupe, ya que puede ser aprehendido en cualquier momento y El Código Penal de Chiapas, se encuentra obsoleto para castigar con pena máxima aun feminicida.
Esta condena de 70 años para un feminicida ha marcado un precedente, precedente que de no continuarlo será muy grave, porque se estaría dando un retroceso en la lucha por erradicar la violencia hacia las mujeres, que en muchos casos terminan en feminicidios, un jalón, un insulto, una bofetada, un grito, todas esas agresiones son el inicio de una violencia y su final es trágico sino se ponen límites a tiempo.
El Estado de México, por ejemplo, es la entidad con el mayor número de asesinatos de mujeres, aun cuando es el único que tiene la pena máxima de 70 años de prisión como castigo desde que se tipifico el delito de feminicidio, Guanajuato lo tiene considerado con 60 años de prisión, Zacatecas lo tiene de 30 a 60 años, Chiapas, Sinaloa, Sonora y Coahuila, son entidades que no han considerado importante la pena máxima para los feminicidas.
Las carencias son muchas, la capacitación es nula, los feminicidios siguen incrementándose, las alertas de género no frenan los feminicidios, las Fiscalías no funcionan para lo que fueron creadas y nada ni nadie los ha podido frenar, debido a la falta de intereses, empatía o vaya usted a saber que, por esa razón los hombres son capaces de quitarle la vida a una mujer, porque sabe que puede y no será juzgado por la ineficiencia de nuestras leyes.
El tiempo se les acabo y el desenlace fue el que todos ya sabemos, el feminicida está muerto y no pago su crimen, como debió haber sido, recordemos que existe un “condigo” para los violadores y quizás este código le fue aplicado al psicópata feminicida, su muerte no repara ningún daño, dolor, angustia o importancia, que en este momentos los familiares sienten al ver que el responsable de haberle quitado la vida a la menor, no pago su condena.
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